Un nuevo curso...

Nuestro propósito:

Entender la ética en el marco de la vida misma.

Nosotros podemos transformar el mundo, con cada acción y decisión que tomamos. Pero ¿qué rumbo seguimos? ¿Qué propósitos tenemos? ¿Cuál es el camino a elegir?, ¿Qué debemos hacer? ... Intentar responder a estas preguntas es el cometido de la Ética, mejor dicho, ayudarnos a reflexionar sobre nuestro propio pensamiento, sobre nuestro modo de conocer y aquello que podemos conocer. Reflexionar sobre mí, sobre el otro y sobre el mundo que nos rodea.

La ética pretende ser universal, sin embargo no quiere universalizar nuestros sistemas de pensamiento, creencias y costumbres. La intención es encontrar aquello que es común a la humanidad, aquello con lo que todos podamos vivir una vida justa y libre.

La humanidad tiene que caminar hacia el horizonte del propio desplegar, lo que significa liberarse de la ignorancia, el dogmatismo, el miedo y el odio al otro. Tenemos que reconocer que todo ser humano tiene un valor intrínseco y, por ende, extenderlo a todo ser vivo.

Los seres humanos estamos unidos por lazos invisibles, la Ética nos ayuda a verlos y respetarlos.

jueves, 5 de febrero de 2015

vídeo documental

Mirad y escuchad atentamente este documental sobre la  mujer en la India, (pincha sobre la palabra mujer). 
Recoged las ideas más importantes y lo que más os ha llamado la atención, también aquello que no hayáis entendido el próximo día hablaremos sobre ello en una charla-coloquio.



Texto de Adela Cortina.

Lamentablemente, al hilo del tiempo las utopías de la justicia han entrado en conflicto con las de la felicidad. Y, ¿por qué? Porque la felicidad ha venido a entenderse como bienestar, como simplemente estar bien. También aquí traeré a colación un dicho de mi tierra: “EL que estiga bé, que no es menege”; EL bienestar nos hace acomodarnos, y si vienen otros de otra tierra porque no están bien, y por eso se mueven, les podemos tirar al mar o enviarlos de nuevo al lugar donde no estaban bien. Porque ellos no están bien, pero nosotros sí, para qué tenemos que movernos. Me temo que ese principio, que mantenemos como una obviedad, de “el que estiga bé, que no es menege” ha sido la causa en muchas ocasiones de que los afanes de justicia hayan entrado en conflicto con la aspiración a la felicidad; o mejor dicho, con el bienestar.                         Adela Cortina. La manida palabra ética.