Un nuevo curso...

Nuestro propósito:

Entender la ética en el marco de la vida misma.

Nosotros podemos transformar el mundo, con cada acción y decisión que tomamos. Pero ¿qué rumbo seguimos? ¿Qué propósitos tenemos? ¿Cuál es el camino a elegir?, ¿Qué debemos hacer? ... Intentar responder a estas preguntas es el cometido de la Ética, mejor dicho, ayudarnos a reflexionar sobre nuestro propio pensamiento, sobre nuestro modo de conocer y aquello que podemos conocer. Reflexionar sobre mí, sobre el otro y sobre el mundo que nos rodea.

La ética pretende ser universal, sin embargo no quiere universalizar nuestros sistemas de pensamiento, creencias y costumbres. La intención es encontrar aquello que es común a la humanidad, aquello con lo que todos podamos vivir una vida justa y libre.

La humanidad tiene que caminar hacia el horizonte del propio desplegar, lo que significa liberarse de la ignorancia, el dogmatismo, el miedo y el odio al otro. Tenemos que reconocer que todo ser humano tiene un valor intrínseco y, por ende, extenderlo a todo ser vivo.

Los seres humanos estamos unidos por lazos invisibles, la Ética nos ayuda a verlos y respetarlos.

sábado, 1 de febrero de 2014

Nos deja un gran filósofo español; Carlos París.

Carlos París, filósofo español muere ayer a los 88 años.
Aquí os dejo un texto de él en el que explica el principio de su filosofía.

La filosofía que profeso parte del grito, del lamento, de la encrespada protesta ante la injusticia del mundo que vivimos. Si Aristóteles afirmaba que la Filosofía nace de la admiración, yo diría que también mi filosofar parte de la admiración, pero no sólo de la que suscita la contemplación de los cielos, sino de la que brota ante el heroísmo de tantos hombres y mujeres que, incansables, dieron su vida, Luchando por el reino de la libertad y la hermandad universales. Y el pensamiento que se levanta, a partir del grito y de la admiración no quiere reducirse a contemplar el mundo, sino que aspira a contribuir a su radical transformación." 

1 comentario:

  1. De no haber comprendido el fragmento de forma errónea, Carlos París expresa mediante él las razones de su filosofía.
    Comenta que esta parte de la admiración, como bien dijo Aristóteles, pero no solo una admiración divina, hacia los dioses y los cielos ("no sólo de la que suscita la contemplación de los cielos"), si no una admiración hacia iguales a uno mismo, hacia personas que, valientes, se entregan a la búsqueda de la libertad y la universalidad ("de la que brota ante el heroísmo de tantos hombres y mujeres que, incansables, dieron su vida, luchando por el reino dela libertad y la hermandad universales").
    Por último, culmina este texto que, aunque corto, intenso con unas últimas palabras que explican que ese mismo pensamiento que surge a partir del grito y la admiración, (refiriéndose con esto último a la filosofía), no desea ver cómo el mundo cambia ante sí, si no que desea cambiar con él y apoyar su cambio, aspira a "contribuir a su radical transformación".

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